Odisea en el transporte público

Ayer, como tantos otros días, utilicé el transporte público de España, en concreto Renfe. Al ir hacia mi destino no tuve problemas con Renfe (cosa extraña), el problema lo tuve con algun@s pasajer@s, que creen que tienen la verdad universal y que sus gustos son compartidos con todo el mundo, sos esos personajes que tienen un reproductor musical, y lo ponen a toda potencia para que todo el mundo pueda escuchar sus gustos musicales, pues bien no sólo había uno en mi tren, sino que conté hasta cuatro diferentes, dispuestos por todo el tren, la gente se molestó por el hilo musical de Renfe, y la verdad es que yo me molesto mucho con el reggaeton y música tecno que escuchan estos personajes, no saben que existen unos instrumentos llamados cascos, para escuchar la música para uno mismo. Debería haber una ley que lo prohibiera, igual que fumar (que se sigue haciendo), y sobre todo que hubiese personal que multara a los infractores, porque sino, no se tomará conciencia.
A la vuelta, como no, el tren tuvo media hora de retraso, sin ninguna comunicación por parte de Renfe. Y en el tren que cogimos, los paneles informativos de estación no funcionaban, algo perfecto para un invidente que no pueda oír en que parada está, siendo de noche y no pudiendo leer bien el cartel de parada. Muy en su línea.

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