La drogadicción

Es sabido por todo el mundo que en el metro podemos ver de todo, el otro día vi a una mujer que parecía estar embarazada, estaba como acostada en una parte del vagón y respiraba muy lentamente, con los ojos cerrados; tenía en una mano una gasa y en la otra un bote de aguarrás. Nadie se acercaba a ella, yo pensé en acercarme y preguntarle como se encontraba, pero seguramente ni me habría entendido, además cómo ayudas a una persona así?, quitándole el aguarrás?, así solo la cabreas. Se levantó y empezó a deambular por el vagón, la fusión de culturas de todas partes de la Tierra reinante se puso de acuerdo en que debían retirarse de su camino, ¡la gente sentada se levantó a su paso! (ya se como coger sitio en el metro :)). Yo la miré ella me miró, y nada pase de ella y me quedé en mi sitio, y fui egoísta y pensé: espero que no me eche el bote de aguarrás, la verdad es que lo derramó casi todo en el suelo. Así que con el olor que había en el vagón yo también decidí "retirarme de su camino" y cambié de vagón, era un olor demasiado fuerte. Espero no encontrarme nunca como esa persona, era consciente de cosas como que se le había caído el tapón del bote de aguarrás, pero no mantenía el equilibrio, y sentí que tal vez le gustaba ver a la gente huir. Bueno otra historia del metro.

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