Las apuestas.
Muchas veces en muchas situaciones, surge el yo puedo, tu no; o el se que va a pasar esto y no estoy de acuerdo. En ese momento surge la necesidad de apostar. A mí no me gusta nada apostar, aunque si que me gusta tener la razón y ganar. Este fin de semana nos retaron a que no éramos capaces de comernos la comida que habíamos comprado, se nota que era una persona que no había comido con nosotros. al segundo día acabamos las provisiones, yo incluso llegué a tener algo de hambre por la noche, estoy acostumbrado a comer más de noche. Me gusta mucho haber ganado, pero no me gusta nada apostar, si lo hago, lo hago muy a regañadientes.
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